domingo, junio 29, 2008

nos mudamos a la rocola de John Banister
C.V.

jueves, junio 26, 2008

Extra, extra: Se cierra el Cabaret-Voltaire


























miércoles, junio 18, 2008

Proceso ad líbitum

(una corte, decoración tradicional pero con una bola de espejos en el techo)
Sr juez: se llama a Labios de Yummy a declarar.
Labios de Yummy: (entrando) le juro que no se nada.
Sr juez: Todavía no se le ha preguntado nada. Limitese a contestar lo que se le pregunte. Sr. Ñ, adelante por favor. (se levanta un hombre que permanecía oculto debajo de la sotana del juez, con la cara pintada de Kiss)
Sr. Ñ: ¿Afirma usted conocer a esta persona (señalando a alguno de los presentes aleatoriamente)?
Labios de Yummy: No podría precisarlo (estornuda, se tapa con la mano derecha y le queda llena de flema).
Sr. Ñ: Ahá, muy interesante, muy interesante.
La Dactilógrafa: (está desnuda, con los ojos vendados) ¿podría repetir eso último por favor?
Sr. Ñ: He dicho: "muy interesante, muy interesante".
Sr. Juez: Prosiga.
Sr. Ñ: ¿Afirma usted conocer a esta persona? (señalando a alguien arbitrariamente)
Labios de Yummy: (preocupada con su mano enflemada, tratando de limpiarse en la sotana del juez sin que lo note) Mmmm. Sí. Es...
Sr Ñ: (interrumpiendo) ¡Alto! No le pedi que diga quien es, sino simplemente conocer su grado de conocimiento sobre la personalidad de la misma.
Labios de Yummy: Pero es que...
Sr Ñ: (interrumpiendo) ¡Shhhhh! No diga más. Sr juez, acabo de probar fehacientemente que la srta. Labios de Yummy tiene conocimiento acerca de esta persona (señalando).
Sr Juez: ¿Qué es lo que intenta probar?
Sr. Ñ: Es evidente. Estas dos personas se conocen.
Sr Juez: ¿Y bien?
Sr Ñ: ¿No es evidente el ardid?
Sr Juez: Me resulta algo obtuso.
Sr Ñ: (increpando a la persona señalada) Describa los labios de Labios de Yummy.
Persona: Son gomosos, mordibles, con gusto a frutas artificiales y adictivos.
Sr Ñ: ¿Alguna vez los ha probado?
Persona: No.
Sr Ñ: ¿Ve, su señoría? Esta persona ha caído en una contradicción evidente, y es obvio que algo trama o esconde.
Sr Juez: Muy interesante, muy interesante.
Dactilógrafa: ¿Podría repetir eso último?
Sr Juez: he dicho: "muy interesante, muy interesante".
Labios de Yummy: ¿Puedo decir algo?
Persona: Sí
Labios de Yummy: Oh, es bueno saberlo.
Sr Juez: (golpeando un martillo de medidas desmensuradas, pesadísimo) ¡orden, orden! ¿Sr Ñ, tiene algo más que agregar?
Sr Ñ: Nada por el momento, su señoría.
Sr Juez: retirese. (se retira debajo de la sotana). ¡Sr F!
(sale debajo de la sotana el mismo actor, sin el maquillaje de kiss)
Sr F: (a la testigo) ¿Conoce a esta persona? (señalando a la misma persona que antes).
Labios de Yummy: No. Desconozco por completo ese rostro.
Sr F: No más preguntas.
Sr Juez: Ante la falta de acusados no veo más remedio que terminar con este proceso...
Labios de Yummy: Si le sirve, yo fui quien limpió la flema en su sotana, su señoría.
Sr Juez: Muy interesante, muy interesante
Dactilógrafa: ¿Podría... (es interrumpida por una ráfaga de piedrasos provenientes de alguna parte)
Sr Juez: (retomando la palabra) No a lugar. Queda demostrada la ausencia total de un culpable, o de un acusado al menos. Se levanta la sesión.
(se bajan las luces. todos permanecen inmóbiles en sus lugares durante 2 minutos. la bola de espejos cae al piso)

Apagón

Fin

sábado, junio 14, 2008

El Hombre Azul


El hombre azul no es una escultura de tinte azulado en ninguna catedral. El hombre azul salió de un placard. El hombre azul es peludo cual oso. El hombre azul es pesado y poderoso. El hombre azul tiene el sueño pesado, pero tarda en venir. El hombre azul ríe a medianoche. El hombre azul es paradigmático. El hombre azul es un universo azul.
Dormimos en el hombre azul. Reímos en el hombre azul. El hombre azul se mojó con el mar. El hombre azul nos habló en sueños. El hombre azul me recordó a donde estaba yendo. El hombre azul no se quemó con cigarrillos. Nadie lastimó al hombre azul.
El hombre azul presenció discordia y comida con mucho aceite. El hombre azul no tiene penas pero quizás esté encerrado en el placard de donde apareció.
El hombre azul es una frazada.

domingo, junio 08, 2008

Vieja balada (típica) para día lluvioso

Saber por qué jugar,
vivir por esa puta respuesta,
o morir, quizás... silencio.
Tras el cristal retinal ella juega.
Tu llanto de no entender, tu angustia,
de no poder entrar.
A veces sale a respirar,
o a fumar o a escuchar,
tus lamentos, afuera;
en la oscuridad, baila sola,
desnuda.

Saliste al bosque a cazar,
un por qué salvaje y legendario.
Ahora extrañas el hogar,
donde ella coge con su hombre,
y vos afuera, en la nieve;
o en la arena, dormido;
despierta... es hora.
¿O es tarde?

Solo, y el por qué no aparece,
y con un llanto amargo preguntás:
"¿No habré malversado mi vida?"
Y te dejás caer en la nieve,
y ella coge frente al fuego,
con su hombre. Ternura.

Escondido en algún lugar que desconoces,
u olvidas; ¿qué importa?
Hay fuego en el interior del tunel;
secreto.
Una espina de azufre en el fondo del lago:
veneno... no bebas.
Un hombre y una ilusión,
se ahogaron.

jueves, junio 05, 2008

Reporte climático

(hallado en un viejo cuaderno de tapa amarilla pero sin arañas)


Gotas de lluvia apelotonadas a través de las venas de un cielo esclerosado y golpeado. Vuelven a la caldera oceánica y celebran el reencuentro. Oigo que una de ellas le susurra a la otra mientras el Mediterráneo canta con voz de gitano: "aún no es tarde, hermana". Quiero creerle, pero no llego. Estamos atrapados en las bisagras de la historia como los hombres de las tierras que median las edades. La esperanza del viejo hombre está gastada y recubierta de moho.
Herófila, la sibila aguarda en silencio en Montes de Oca. No le gusta la comida que sirven ahí.


"Los asesinos de dioses terminan locos".


lunes, mayo 12, 2008

La parca invertida

Abre los ojos, uno morado. Un cartel se hamaca distraído y proyecta su sombra de medidodía sobre aquel hígado quebrado bajo una piel de lienzo carcomido.
Resaca.
Cree no poder levantarse del pantano de vómito en el que flota, separarse del conjunto de grumos orgánicos y pútridos: es uno más. Su mente le pasa factura, y mientras se balancea en 3/4 sobre la superficie turbia de su propio estanque viceral, la tortura con un vals de Strauss hijo. La palanca de la rocola está inutilizada; no le queda más remedio que seguir flotando a ese ritmo humillante en su escoria.
Tiene miedo de descender, de hundirse hasta ahogarse; se consuela pensando que por lo menos puede respirar, de seguir inmovil sobre la superficie.
Sabe que la hoja de la guadaña está desafilada y oxidada, que la maleza creció de más, y que los cuerpos se le amontonaron como en una cadena de montaje boba.
Se apoya sobre sus codos gastados de hueso amarillento. El sonido de su cuello al rotar lo asemeja a una matraca vomitada. Trata de reírse ante esta imagen pero no puede; el dolor de cabeza es enorme y su mente siniestra no se lo permite.
El viento arroja una hoja de diario sobre su cara. Consigue sentarse medio encorvada, lo toma con sus falanges expuestas y lo aleja para leerlo a traves de sus cuencas vacías.
"La tierra está agotada. Se necesitan dadores de cuerpos para su abono y regeneración (...)"
Quizás sea hora de ir a buscar a "voluntarios".
Sus huesos se aflojan. Da con la nuca en la vereda, y aunque el colchón de vómito amortigua, queda inconciente una vez más.