lunes, septiembre 11, 2006

11 de Septiembre en algun otro mundo

Ante los ojos del Atlante todo el panorama cambió, así, subitamente. Mas que un enroque podría tratarse de una jugada mucho menos tecnica, pero mas recurrente: una pateada de tablero.
Tras el bombardeo todos los peones fueron barridos.
Los alfiles renunciaron a sus habitos y prostituyeron su credo.
Los caballos se extinguieron, quizas por su lealtad incondicional a sus jinetes.
Ambas reinas fueron traicionadas y entregadas; sus ropajes, arrancados y sus cuerpos ultrajados violentamente por miembros sucios y enfermos. Sus sexos desgarrados jamas volvieron a dar a luz, y sus cabellos fueron seccionados y defecados.
¿Y que fue de los reyes? Los reyes envejecieron, sus reflejos se alentaron, sus codigos se volvieron obsoletos. Sus coronas fueron robadas, fundidas y vendidas, no sin previa tortura y ejecución de sus portadores.

Todo el panorama cambio tambien para la bella y palida cariátide, quien, sosteniendo sobre sus espaldas el peso de la torre en el extremo opuesto divisa a quien fuere su par rival.
Su mirada caliza converge en los ojos de obsidiana del Atlante. Jamas habían tenido tan nitida imagen del otro.
Pero a pesar de todo la realidad se confunde. Los fundamentos agonizan tras el ataque, y hasta la cuadricula del tablero ha sido borrada; ¿para que seguir cargando con el peso de estas construcciones ancestrales?
Por primera vez en sus vidas, parpadean y, casi simultaneamente, se deciden.
Las torres se lamentan entre crujientes alaridos. Los cimientos se encomiendan.
Las torres colapsan con estrepitosa musicalidad.
Las torres caen.
Las Torres Nilsson.
Las torres se deshacen.
Las torres ya no existen.

-Somos libres - exclamaron con sus voces rocosas.
-Oh, alado Atlante, partamos.
-Oh, tierna Caríatide, cierto es que hablas con sabiduría. La función esta por comenzar: ¿trajiste las entradas?

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Hay, hay, hay, sinclair, andamos con poca inspiracion? ¿O quizas sea falta de motivacion?

11:42 p. m.  
Blogger Jimena Gale said...

efectivamente las torres cayeron, y su onda exponsiva recorrió cada rincon del tablero. Los reyes quedaron desnudos y todo tipo de nuevas tragedias se sucedieron por sus mentes. Pero solo fue un enroque. Por eso sigue la funcion. Los actores pasaron a ser espectadores. pero la partida no terminó, solo cambió el escenario.

que tiene q ver nilsson???

2:28 p. m.  

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