viernes, junio 15, 2007

Azoteada con final simil-feliz (sabor perdiz)

El dado gira sobre un tablero de ternura bordó en la cornisa de un rascacielos (aunque al cielo ya no le pica tanto). Torsos desnudos de mármol se acarician ante la vista estática de unas gárgolas obstinadas, una lechuza extraviada y unos ladrillos de carne.
Cabellos esculpidos se entrelazan en movimientos félidos, hacia el fuego; juego de ignícolas.
El cubilete cae al vacío, el dado gira en su danza iracunda y frenética. La maza y el cincel moldean a su placer en crescendo mientras los muros despiertan y laten con taquicardia.
El dado amaga con detenerse. Comienzan a llover alabardas de punzante delicia.
El dado se detiene estocado por una de las gotas y muere. Fin de juego.
La lechuza asciende cubierta con el albornoz de la escultura hembra. Su compañero se desgrana y desintegra.
Ella toma una cuña de entre el montón de escombros y la hunde en el muro histológico; bebe la sangre empetrolada que mana de la fisura hasta saciarse y sonríe. Se tiende desnuda sobre la terraza y se acurruca bajo la tormenta eléctrica.


1 Comments:

Anonymous Anónimo said...

hacele acordar a guido que me de el libro el o que se lo haga llegar a tomi porque se olvido de darmelo para spinetta.

desde ya mucha merca
dani

1:02 p. m.  

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