A los rumbos de la encrucijada

Rutas rotas del sur,
algunos se abrieron, a los desiertos de dunas blanquecinas llenas de espejizmos de oasis,
y fuegos cerebrales, o a selvas de hierbas secas distorcionantes.

Caminos oscuros del norte,
donde a la noche no la desnudan con llamas industriales embasadas,
ni fragmentan las botellas, o aplanan lo lúdico de la lujuria.

Sendas antiguas del oeste;
lejos de sus vórtices de piedra en la montaña, a muchos les ganó el asfalto.
Lloren aludes tempestuosos, degusten en su ataque los dulces viñedos del mezquino.

Cañadas marinas del este,
en sus costas descansan traidores y farsantes,
y su seno devoró a mas de un atlante; ¡despierten!

Senderos averiados y grabados de rayuela
con tizas de escuelas cerradas;
o vides con racimos de fruta sangrienta en la banquina.
Púpilas dilatadas
de animales intranquilos
donde cae el viento violeta vertical;
u ojos de roca en las alturas,
con barbas de nube y uñas de cuarzo,
sobre las esquirlas resecas de los nativos,
y cientos de basurales orgánicos,
de heridas abiertas,
espermas envenenados,
corazones de poliester
y elixires adulterados.
Venganza