Inconcluso Sostenuto

Llueve. Llueve púrpura y con brillantina de acero. Llueve y sigue lloviendo aca adentro, pero el Sol de afuera palidece, parece un trozo de escenografía mal pintada, a punto de caer sobre los actores en bambalinas. No se que tenía en la cabeza cuando lo veía tan real que hasta me daba calor. No se que tienen en la cabeza los que todavia lo hacen.
Corro a refugiarme debajo de un Do menor... mucho mejor. El frenesí de las teclas corriendo espanta al agua, aunque no cualquier tonalidad es buena en una tormenta.
Me detengo. Los martillos del piano amenazan con huelga y se niegan a seguir golpeando a las cuerdas. Les sonrío cinicamente y prometo con demagogia. Sigan tocando muchachos.
Do menor se mueve, se transforma, va y viene. Le sigo el juego; ambos reimos.
Las teclas negras se vuelven rojas; extraño. Se parecen a las nucas de todas las mujeres de la calle; seguramente todas tengan el mismo rostro tambien; no importa.

Improviso una melodía sobre las teclas rojas. ¿Algo queda pendiente? No, no exactamente. Inconcluso es el termino exacto: la melodía sale a perderse, sin rumbo, nada queda librado sin tocar... tan solo el final. No hubo oportunidad; las ramas salieron de entre el petal del sostenuto y nos envolvieron. El pedal quedo pulsado, y Do menor jamas se extinguió. Inconcluso.