viernes, octubre 06, 2006

Jefe, me bajo aca.

Basado en una historia real.

Acto I
Escena I
(Una Señora Verde, un Coco y un Oso en Extinción estan sentados en una mesa)

Aunque tengo las Topper de Bruno puestas mis raices no pueden evitar capturar la angustia y dolor que hay en el medio. Che, cortenla, no quiero seguir jugando. ¿Hola?
La Señora Verde empieza a marchitarse por esfuerzo de hacerle entender al Coco. Creo que no la escucha, hueco por dentro y duro por fuera, las palabras le rebotan. El Coco mira sin comprender, quizas hasta hable solo en el dielecto de los cocos, y la Señora Verde no cae en cuenta que no entiende el señora-verde sin un interlocutor bilingüe. Se peina un mechon del flequillo de coco y continua mirando.
La Señora Verde ya no es verde; va alcanzando un verde limón segun diría la experta en colores, Schuster. Empiezo a angustiarme cada vez mas, me desespera. ¡Señora! ¡Basta! Se esta consumiendo. Su voz tambien dejo de sonar verde, se sigue consumiendo.
El Oso en Extinción golpea la mesa. Trata de decirle a la Señora Verde que cese porque la quiere y no quiere que se siga encogiendo. La señora verde no comprende el oso-en-exinción sin otro interlocutor bilingüe. ¿Porque no hay ninguno a mano cuando se los necesita? El Oso en Extinción, esta vez, se percata de la incomunicación y gruñe mientras con sus manazas golpea la mesa. Al tercer golpe-rugido, la Señora Verde comprende y deja caer una lagrima de sabia mientras calla.
Ahora es el Oso en Extinción quien intentará realizar algun tipo de comunicación con el Coco (que en realidad es una Coca).
Entre gruñidos e intentos de expresiones mas dulces pareciera que el Coco, mejor dicho, la Coca, comprende algo. Quizas el oso-en-extinción se asemeje al dialecto coco, asi como el portugues al castellano, y logre entenderle.
No fue así. La Coca sigue siendo inmune a las palabras. Flaca, cortala, ya me tenes cansado; a todos; tanto que olvidamos que no estamos detenidos. La casa se mueve, siempre lo hace.
Pero si el Oso en Extinción y la Señora Verde se desangran por hacer entrar en razon a la Coca sentados ahi en la mesa golpeada por las manazas del Oso en Extincion, ¿quien maneja?
La incomunicación se hace insostenible, insoportable. Quiero llorar pero mis ojos arden y las lagrimas se evaporan. El vapor me nubla los ojos
Basta para mí, me quiero bajar.

3 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Sólo espero que no te demanden por los derechos de autor.
Espero con ansias la continuación, si es que tiene una!

querés una escuadra de 45º???

beso

1:04 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

gracias, yo soy el inventor de los corsarios, y es nuevo, no caiste tarde
es que habia que encontrar un nombre mejor que la cofradia del chevrolet corsa (creo que era asi) porque apesta
aunque reyes de la noche tambien estaba bueno, porque tenia su himno
bueno, nos vemos en el proximo zarpaje, corsario

6:51 p. m.  
Blogger Emiliano said...

Marutto Cammello, un naturalista italiano del siglo XV, sostenía que todas las lenguas del mundo eran iguales y que la traducción dependía del orden de los símbolos. Bastaba encontrar la llave de orden del dialecto del coco para poder acceder al mismo, como al de la señora verde y el del oso en extinción, sin dejar de considerar el dialecto de fronton, el de pirartista u otros mas alejados en las ramas como el de los olmos.
Durante los siglos siguientes se criticó mucho esta postura porque suponía un lenguaje primero y básico desde el cual se accedía al resto de los lenguajes. Con la decadencia del latín, muchos analíticos, como John Wilkins intentaron crear nuevas lenguas unívocas, primarias y reales en las que los nombres declinaran si los objetos eran curvos o cuadrados, si cambiaban de estado y eran sólidos, líquidos y gaseosos.
Desde el racionalismo francés Bauludot sugería que la traducción debía ser doble, cada dialecto debía ser purificado para llegar al lenguaje primario y desde ahí acceder al resto de los dialectos mediante el sistema de claves. Posteriormente, racionalistas de la escuela de Saint-Pedeu sugirieron que en realidad ese lenguaje primario era el lenguaje del pensamiento y resolvieron que en realidad los dialectos eran el resultado del pensamiento operante en un determinado contexto lingüístico y que detrás de todo dialecto se escondían las leyes universales de la razón.
En el siglo XIX Nietszche criticó seriamente la relación entre lenguaje y pensamiento que había mantenido la metafísica anterior a él. Durante el siglo XX la reflexión acerca del lenguaje ocupó el centro de casi todas las escuelas de filosofía. Acaso la respuesta mas acabada al debate la aportó el pragmático norteamericano Usuck Peejah cuando afirmó que "una entidad redonda y sin extremidades como el coco nunca podría acceder a otros dialectos" dado que tendría afectada la competencia comunicativa, incluso la gestual.
El debate actual sugiere que la estructura agujereada del coco le permitiría ser estimulado a partir de distintos tipos de señales, pero la comunidad filosófica no acuerda en el grado de penetración que debería tener la señal para lograr que el coco reaccione.
Y en estas discusiones se debate la intelectualidad actual.

11:30 p. m.  

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