Traba
Escribimos porque creemos en el poder de la palabra. Tocamos por que creemos en la conexión. Nos crucificamos por el valor y el brillo de la sangre fresca que emanamos. Creemos en el precio del dolor al martirizarnos.O al menos intentamos creer.
Nadie pudo decir con certeza cuándo fue que la esfera cayó contra alfombra de la historia, si fue cierto que cayó o si en verdad fue arrojada. Lo cierto es que al intentar volver, reptando por el negro y estrecho túnel que lleva a lo que fue, nos rebanamos el pecho con las esquirlas enredadas en el entramado.
Y aún así, la clave debe estar en ese camino, hundida y enterrada en vidrio y sangre. Quizás sea necesario endurecer el pecho hasta insensibilizarlo, como los pies del faquir, para llegar a la llave olvidada, regresar hasta esta puerta atorada y poder seguir viaje.

