Traba

O al menos intentamos creer.
Nadie pudo decir con certeza cuándo fue que la esfera cayó contra alfombra de la historia, si fue cierto que cayó o si en verdad fue arrojada. Lo cierto es que al intentar volver, reptando por el negro y estrecho túnel que lleva a lo que fue, nos rebanamos el pecho con las esquirlas enredadas en el entramado.
Y aún así, la clave debe estar en ese camino, hundida y enterrada en vidrio y sangre. Quizás sea necesario endurecer el pecho hasta insensibilizarlo, como los pies del faquir, para llegar a la llave olvidada, regresar hasta esta puerta atorada y poder seguir viaje.