jueves, noviembre 30, 2006

Paparapa-Paparapa pa-pa-paaa ... (Tararear con la melodia de la Sinfonía I de P.Tchaikovsky).doc

La orquesta de cubitos de hielo ensaya en el parque. La música cristalina se filtra por todos y cada uno de los recovecos, cubriendo absolutamente todo con una fina capa de escarcha azucarada; parque glaseado.
En uno de los bancos hay un linyera. Hizo un pacto con el tiempo y renunció a la edad. Ante la mirada indignada de una Señora-Bien tomo un trozo de verdad cubierta con el dulce esmerilado orquestal y la comió, acompañándola con un poco de libertad. - Esta sociedad esta perdida. ¿Donde quedaron nuestros valores? Antes no pasaba eso. Tendrían que volver los ...- La Señora-Bien refunfuña algunas otras cosas que el hombre no alcanza ya escuchar.
Una chica bien formada y simpática le entrega una hoja en blanco y un lápiz despuntado, y se aleja rumbo al trabajo. - Que considerada, ahora tendré que escribir- piensa.
Se clava el lápiz en el pecho para sacarle punta y comienza a garabatear algunas palabras. Es curioso, pero ocurre como si el vacío de la hoja fuera un laberinto y detrás se encontrase la Última Respuesta; las palabras se suceden, rotan y buscan caminos. Se abren paso entre la espesura blanca.
Y ya no puede salir; después de la primer letra, la entrada quedo sellada, y el punto de partida sin retorno.
Desecha la idea de alcanzar la respuesta y se mece la barba. Y aunque no tenga sentido, medita y concluye que en algún momento seguirá escribiendo de todas formas.


El tiempo estipulado tácitamente para alcanzar el orgasmo concluyó. No interesa. La gélida orquesta sigue tocando.

miércoles, noviembre 22, 2006

Croquis del reflejo

Con sus manos de halcón desgarraba la tierra mientras en su I-pod sonaba el arreglo de “La Campanella” de Lizt. Conserva entre sus dedos y garras restos de hierbas y sustancias que han sido raptadas y divididas. Tras mucho volar las deja caer; se separan.
Yo soy un grano de tierra, con corazón de humus agusanado.
Evoco el momento en que fui sustraído del vientre de mi madre y arrojado a la vida.
Anhelo el amor que no se subió al tren conmigo, como lo había prometido.
Me repugna recordar la ilusión de hermandad humana.
Mendigo un poco de Fe. La que tenía se coaguló y pudrió en mis manos.
Extraño los días en que el mundo podía ser cambiado; me empalaga tanto presente; añoro el mañana que ya no va amanecer.
Mendigo el recuerdo de cuando nuestras carnes cosidas fueron desgarradas; me sorprende ver la costura a tu costado con hebras moradas, sanada, mientras la mía sigue sangrando fe.
Me cayeron mal la fugazeta y el helado.
Wolf no esta, ni su maquina.
El vientre de mi madre comienza a congelarse.
El amor me saludó desde la estación. Caminó un par de cuadras al sol y se subió al primer coche que lo levantó.
En el deposito de El Teatro esta el lienzo desgastado donde habían pintado con el mismo pincel a todos los hombres.
Me lave las manos, pero no salió del todo. ¡Como mancha la vieja fe corroída!
Tic prolongado, sin Tac, del reloj esposado. Pulsión del costado abierto, infectado.
¿Te acordas cuando para llegar a vos no me hacía falta nombre de usuario y contraseña?

lunes, noviembre 20, 2006

Alicia en el Espejo

Alicia esta parada frente al espejo. Abre sus finos labios humedecidos y con voz tremula pronuncia: - Candyman, Candyman, Candyman... - se detiene. Piensa mientras se peina un mechon rubio rojizo que tenia despeinado. - Candyman. - ¡Hay, que cara tiene! Se maquilla un poco, acomoda sus diminutos pechos dentro del corset, se lava los dientes, sonríe. Llama por su telefono de bolsillo a la pizzería y encarga tres pizzas grandes de muzzarella, dos de anchoas y una calabresa. - Candyman. -
- Bsssssss - Zumbido. Resplandor sobre un garfio afilado. Una abeja se posa sobre la canilla del agua caliente. Reflejo de un rostro oscuro y opaco en el espejo.
La sangre de Alicia tiñe los azulejos del baño de azul. Candyman llora; ella no lo quería.
Timbre. Candyman sirve una porcion de pizza de anchoas sobre la espalda del cuerpo inerte de Alicia.
Mientras tanto, del otro lado del espejo, la Reina de Corazones se aburre. El Sombrerero Loco vierte la segunda cuchara de azucar en la taza de te.
Candyman encarga helado de pistacho y sambayon. No le deja propina al flaco de la moto.

jueves, noviembre 16, 2006

Alguien sigue tejiendo

Arrancó la parte del carnaval carioca en la fiesta de la Isla de los Monos. Los koalas de colores con sombreros y matracas desafinadas fueron los que empezaron con el trensito típico, y segun me enseñaron, nunca es bueno dejar pasar ningun tren, asique me subi. Eso que me venían sirviendo en el vaso, eso que venía tomando desde antes de esta fiesta sin siquiera preguntar que era, me mareaba. Suerte que no estaba en la locomotora. Un osito Teddy, pariente de los alocados koalas era el maquinista. Descarrilamos.
Desde el suelo levanto la cabeza. - ¿Hola hermosa, estuviste aca toda la noche y yo sin verte? - Si serás distraído, flaco eh. - Bueno, ¿como lo podemos remediar? - Y... mirá... en realidad no estoy sola. ¿Ves esa serpiente infartante de rojo que esta alla bailando, tratando de sacarse de encima ese renacuajo que se la pegotea toda? -Como no verl... - Esta conmigo. Nos moríamos de ganas por encontrar a alguien que nos llevara a conocer la espesura de la isla. -Eh... bueno... ... ... ¿cuando zarpamos?
Zarpamos. Caimos en un estanque de licor de frutilla que hablaba en alemán. Algo le entendí. La gacela ronroneaba y su amiga la serpiente se enroscaba. Los koalas bailaban alrededor, ya sin su maquinista Teddy. Los monos de la Isla de los Monos cantaban el lento de moda. Miguel estaba en su casa. ¿Y quién mierda es Miguel? No se pero seguiría allí.
Subitamente el efecto de la bebida deja un pequeño claro en el bosque de confusión. Una pregunta se abre paso desde allí: ¿Que mierda estoy haciendo aca? ¿Como carajo vine a parar?
Alguien sigue tejiendo; y sirviendo la bebida.

lunes, noviembre 13, 2006

¡Mascarade!


La inercia come de nuestro mismo plato; la iniciativa va en flete, escuchando heavy metal. Llegamos. Invocamos a La Música, la transmitimos, la moldeamos. Nunca le preguntamos de dónde viene, y si es que en verdad quiere hacerlo. Le damos vida, pero no en concreto sino en movimiento, como el viento que entra en el flete, nos acaricia y pasa; está pero no está; llega y ya se esta yendo. Cada uno a traves de un artefacto distinto y convinándolos. Nos unimos y Ella se hace fuerte, se mueve, como el flete.
Sí, se hace; de la nada. Se instala en el momento y desaparece. Los artefactos cayan.
Hora de volver. Subimos al flete.
El espejo refleja en una sola dirección. Yo la veo; ella no. Su pelo se vuela e imita a las flamas de su espíritu fogozo. ¡Hay fuego aun en su reposo! -¿Encontraste una nueva mascara, verdad?- Solo que esta vez la reconozco como tal... máscara, máscara, máscara. Me lo repito para no volver a caer. Que tentador.
Me adormezco sobre un conrabajo y unos timbales; ¿cadáveres de la música que dejó de sonar?
¿Armas? Artefactos sin alguien que les de vida y sentido; muebles.
Los fantasmas nos persiguen. Nos pisan los talones hasta que perdemos las alpargatas.
Ella flamea y descansa.
Reposo; flujo; carrera fantasmal.
Las cámaras nos vieron. Brasas del combate embasado para TV.

viernes, noviembre 10, 2006

Prueba de Emisión: el manfiesto que nunca existió improvisado ante el microfono de prueba, que al final estaba en off, por lo tanto....jjjjjjjjjjjj


Un... ssssi.... ssssssi.... oh.... OH.... un... dos.... sssssssi... tuc-tuc.
Jamas admitire ante vosotros, oh! loables integrantes de este cabaret!, mi ingreso a aquel sitio,
repleto de envidiables colecciones, y menos aun, mi propia envidia; en realidad no estoy completamente seguro, oh! excelsos!, de haber sentido ese sentimiento, pero si un poco de admiración, y como sabeis, a algunas personas les cuesta confesar esto. Y pensandolo un poco mejor, oh! magnanimos!, en realidad tampoco se ha tratado de una profunda fascinacion, no; podríase encasillar como un llamado de atención hacia mi persona que deliveradamente encontrabase alli, contemplando esas interesantes palabras. (fin de la primer tranmision)

Muajajaja; es esta misma risa la que quiero, Oh! altísimas personas!, compartir con ustedes, que resume de manera magistral la filosofía de este incoherente e inexsistente lugar. Dudemos de todo, menos de la risa, pero no de la risa naif, ni de los consejos del amigo Jorge Bucal, no no no. Una verdad Muajajesca contenida en algo poli o nulisemantico/semico y toda la chachara de esta gente. Es decir, algo que no sea repudiable y que repudie a todo lo demas. Incluso a nuestras mismas acciones repudiables. Instalar en cada uno de nosotros un espiritu muajajesco, en lugar de la vieja y obsoleta conciencia cristiano/moral con la que venimos de fabrica hace ya varios milenios. Muajaja ante todo. Muajaja ante la adversidad, ante algun error o fracaso.

(...) Muajaja al sentimiento de frustracion despues de un fracaso. Muajaja a la no ereccion genital humillante, muajaja al bochazo acadamico, al robo, asalto, o asesinato de alguien o de nosotros mismos (en caso de asesinato, hacedlo inmediatamente porque de lo contrario faltara oportunidad). Muajaja como filosofia de vida, un Muajaja en donde, aun ante las peores circunstancias, nos concedamos una distancia de nosotros mismos para vernos de afuera, y reirnos de lo absurdo que parecería si esto mismo le pasase a otra persona ajena y desconocida. Muajaja ante lo que en el momento parece grave y terrible y en unos años carecerá de importancia alguna. (kshhhhhhhhhhhhhhhhhhh...... fin de la transmision de prueba)

miércoles, noviembre 08, 2006

Cliaenfor Lisos


Un puente de madera de Cliaenfor Lisos. Algunas vetas gastadas relucen un caoba brillante quien aparenta estar distraído, ausente. Dos gotas de oro celeste liquido parpadean mientras él pasa sobre estas. El puente contesta a cada paso con un eco de sonido terco pero atercioplelado.
La gravedad histeriquea y lo confunde. Lo tira a un lado, al otro, inclina los planos, los tuerce, los vuelve a enderezar. El hombre parece decidido en su indecisión. Le arroja su crucifijo a las aguas voraces que corren debajo; todo continua igual.
Habiendo perdido su religion, lanza su billetera; nada se calma; el hambre de las fuerzas aumenta. El viento comienza a soplar mientras una roca enmohecida interpreta una melodía melancolica con un fagot.
El hombre baja la mirada, las vetas pestanean nuevamente, centellando el fulgor de sus ojos áuricos. Ya sin credo, ni capital, se deshace de su alianza, de su bandera, de su espada y de su documento.
Las fuerzas lo consiguieron, le quitaron hasta la identidad. Pobre bobo, el puente jamas lo dejará entrar. Y si se abriera como el hombre pretende, caería al agua. No puede ser el puente; no puede morar dentro del puente. No pude comulgar con el puente. No quizo quedarse de este lado del puente. No quiere cruzarlo y dejarlo atras. Jodido imbecil.
El puente tampoco lo quiere mas, puesto que le ha robado demasiado tiempo. Lo mira una vez mas con desprecio y se levanta. El hombre se quita su sobrero tricornio ocre y saca la daga de la esperanza de donde no parecía haber nada; es lo último que se pierde. En un rapido movimiento hunde la daga en uno de los tablones y queda colgando.
El puente se deshace del listón del que pende el empedernido no-cruzante y lo deja caer.

El hombre sin credo, ni capital, sin bandera, desarmado, sin amor, ni identidad y sin esperanzas, cae sobre el lecho del río. Esta seco. Tampoco queda corriente, ni fuerzas, ni puente, ni rio.
El fagot le sonríe en mi menor.
El hombre se cruza de piernas y medita.

Te maldigo. Te extraño.

martes, noviembre 07, 2006

¿No bajas la calefacción?

Nos seguimos des- haciendo. Y no se trata del calor. Los infinitos puntos que forman la trama del color de nuestra piel se astiaron, y se soltaron de las manos. Ruedan por el piso y se secan. Realmente no aprendimos nada; así desunidos morimos, pero cada puntito lo prefiere antes que seguir de la mano del otro.

Hombres barbudos brindan con grandes porrones de cerveza en una taberna noruega. Sonrien, y en fraternidad prometen morir al lado de sus pares en la guerra. La guerra no los mata, no, al contrario, los une.

Pasada ya, se deshacen, como las comunidades, como los colores.

Ya no luchamos por nada, a lo sumo contra alguien, y mas que con conviccion, con desgano; y no por necesidad, por tedio. ¿Un mundo en donde no haya causas para morir y si muchas para vivir? Claro, John, seguro. Hay tanta sabiduría en tu frase, como belleza en tu mujer.
Saquense las caretas los que todavía piensen que no se nota que las portan. No le ganaron a nadie; el diablo, el comunismo, la herejía, la dictadura, la monarquía, el terrorismo... molinos de viento. ¡Llamen a alguien para que construya alguno mas! Se vinieron abajo solos. Si, aunque les duela mis queridos rebeldes y luchadores, ni siquiera eso fue merito suyo. Los nenes señalan con su dedo a las aves y fantasean con ser ellos quienes las dirigen. ¡Cambien de juego!¡Ya crecieron!(y van a tener que llamar al delivery del parripollo porque se quedaron sin pajaros).

Y si los amigos de trenzas y cuernos de guerra vivieran, verían que ya ni la guerra significa nada...

Uno de los vikingos toma un libro con la frase de Einstein y sonríe. Si, habra que esperar "un despues" de la tercer gran guerra.

jueves, noviembre 02, 2006

Muojojojojo


Mama: Querido, es hora de que lo sepa.
Papa: ¿Estas segura?
Hijo en Pijamas con una banana colada: Que tengo que saber, Mami.
(silencio, cruze de miradas)
Mama: ¿Viste ese señor de rojo, con barba blanca y que va en trineo con renos voladores?...
Papa: ...ese que dice MuoJojojo (imitando la risa papa noelmuajajesca)
Hijo en Pijamas con una banana colada: ¿El sr. Felicidad?
Mama: Si, nene; todo este tiempo fuimos nosotros.
Hijo en Pijamas con una banana colada: ¿Fueron ustedes?¿A ustedes les llegaban mis cartas?
Mama: Si. Y sacate esa banana.

miércoles, noviembre 01, 2006

Balada de la Bestia Zoomorfica Garabatesca


(...) y de las oscuras entrañas del tedio, surgió la criatura. Hubo temor entre los caracteres de los apuntes de la clase de plástica; las letras en pánico se confundieron y el texto quedó ilegible.
La mano, la mente en trance, la birome; todas se repartieron la culpa de la concepción. Lo cierto es que la bestia existió, y la clase jamás tuvo onda. Quizás algun día se escape de lo barrotes arrenglonados de la hoja y se coma a la hueca de la profesora. Ese dia, la mano, la mente en trance y la birome se disputarán la gloria.