Paparapa-Paparapa pa-pa-paaa ... (Tararear con la melodia de la Sinfonía I de P.Tchaikovsky).doc
En uno de los bancos hay un linyera. Hizo un pacto con el tiempo y renunció a la edad. Ante la mirada indignada de una Señora-Bien tomo un trozo de verdad cubierta con el dulce esmerilado orquestal y la comió, acompañándola con un poco de libertad. - Esta sociedad esta perdida. ¿Donde quedaron nuestros valores? Antes no pasaba eso. Tendrían que volver los ...- La Señora-Bien refunfuña algunas otras cosas que el hombre no alcanza ya escuchar.
Una chica bien formada y simpática le entrega una hoja en blanco y un lápiz despuntado, y se aleja rumbo al trabajo. - Que considerada, ahora tendré que escribir- piensa.
Se clava el lápiz en el pecho para sacarle punta y comienza a garabatear algunas palabras. Es curioso, pero ocurre como si el vacío de la hoja fuera un laberinto y detrás se encontrase la Última Respuesta; las palabras se suceden, rotan y buscan caminos. Se abren paso entre la espesura blanca.
Y ya no puede salir; después de la primer letra, la entrada quedo sellada, y el punto de partida sin retorno.
Desecha la idea de alcanzar la respuesta y se mece la barba. Y aunque no tenga sentido, medita y concluye que en algún momento seguirá escribiendo de todas formas.
El tiempo estipulado tácitamente para alcanzar el orgasmo concluyó. No interesa. La gélida orquesta sigue tocando.